
Mil ilusiones se murieron a tu paso,
novecientos ruegos que no escuchaste.
Noventa veces ahogué en ti mi llanto
y tres amores a tu vera te llevaste.
Vergüenza haría, de ser persona, mirarte;
tu paso a la historia me trae sin cuidado,
por ser cómo eres, solo un año, acabaste
como aquello que trajiste: sepultado