22.3.13

mi largo y cálido verano ... del 91



Creí tocar el sol con los dedos, el calor del fuego se hacía latente en todo mi cuerpo. Al poco comprendí que me hallaba en el infierno.


En escasas semanas pasé, de una alegría radiante, de un desenfreno total a la más pura desesperación y tristeza.

Nunca imaginé lo que puede cambiar la vida de una persona un error cometido a ciegas.

Si hubiera estado atento, si me hubiera preocupado de mí y dejado a un lado a los demás; si ese día no hubiera salido de casa ningún remordimiento golpearía mi cabeza como un músico golpea su tambor marcando el ritmo, el ritmo de la vida.

No sé si algún día me llegará a perdonar, de lo que estoy completamente seguro es que nunca me olvidará; he dejado en él una huella imborrable.

Intento trepar por las paredes, dejar atrás el calor de este fuego que me abrasa, . . . tal vez algún día logre salir de este infierno.